Impactos de la crisis Rusia-Ucrania para América Latina

Luego de más de 30 meses de guerra, se hacen visibles los efectos de la invasión rusa en Ucrania a nivel global. Pero, a pesar de la distancia geográfica ¿cuál ha sido el impacto para los países de América Latina?

En primer lugar, el ámbito económico de la región se ha visto alterado por algunas dinámicas del conflicto. La CEPAL plantea que la guerra ha frenado la globalización, generando un impacto negativo en el comercio mundial, y también ha resultado en un incremento de la inflación y del precio de los alimentos. De igual forma, se dice que, con la incertidumbre financiera generada, la inversión en países en desarrollo ha decaído, con la consecuente ralentización de generación de empleo.

A simple vista, el aumento de los precios del petróleo y la ausencia de las exportaciones rusas y ucranianas en los mercados globales, podrían generar oportunidades para los productos latinoamericanos. No obstante, los problemas estructurales de varias industrias y la falta de una estrategia conjunta regional, no han permitido a las naciones de la región aprovechar dichos espacios.

A nivel político, la configuración de una especie de nueva Guerra Fría plantea a los países la disyuntiva de apoyar a uno de los dos estados involucrados. Aunque muchos de los gobiernos latinoamericanos mantienen estrechos lazos con Estados Unidos, la mayoría de ellos se mantiene en una neutralidad ambigua. Esto sobre todo por las relaciones que han ido generando con Rusia como socio comercial en un mundo globalizado. Solamente Venezuela y Nicaragua han expresado de manera formal su apoyo en el conflicto hacia el lado ruso, mientras que Guatemala también, mediante una visita a Ucrania, indicó su apoyo a dicha nación. No obstante, ningún país latinoamericano ha enviado un apoyo material al conflicto, más bien cada vez son más los mandatarios que abogan por una solución negociada.

En resumen, no se observa una postura regional frente al conflicto, lo cual es el reflejo de su heterogeneidad y polarización política. De igual manera, se observa claramente el efecto de la interdependencia compleja en la relativa ambigüedad de los países latinoamericanos, los cuales prefieren no tomar una postura política en el conflicto, debido a los costos sobre todo económicos que esto tendría. Mientras tanto, las naciones de la región tendrán que generar estrategias para hacer frente a los efectos económicos de esta guerra cuyo fin es aún incierto.