Al inicio de su mandato, Daniel Noboa se ha enfrentado a varios retos, entre ellos lograr resultados de política exterior en un período corto (noviembre 2023 a mayo 2025) y en medio de un contexto convulso tanto a nivel internacional como nacional. El 9 de enero de 2024 se decretó el Conflicto Armado Interno por parte del gobierno Ecuatoriano frente a la crisis de seguridad que ha afectado al país durante los últimos años y que, en esas semanas llegó a un punto extremo incluyendo atentados en varias partes del país y secuestro de miembros de la Policía Nacional (Presidencia de la República del Ecuador, 2024). La figura jurídica utilizada generó debate, no obstante, a partir de estas acciones se ha logrado controlar la violencia y que las ciudades funcionen con relativa normalidad bajo un estado de excepción. Varios países entre ellos Estados Unidos y Argentina ofrecieron su apoyo al Ecuador para combatir a los grupos irregulares ( Gobierno de los Estados Unidos, 2024; Cancillería Argentina, 2024).
A nivel internacional, el Ecuador continúa en medio de las disputas por influencia por parte de grandes potencias. El ofrecimiento de realizar un intercambio de armas por parte de los Estados Unidos, resultó en un impase diplomático y comercial con Rusia. Las armas rusas que poseía Ecuador serían canjeadas por armamento estadounidense para contribuir en el conflicto interno. El gobierno Estadounidense informó que las primeras serían entregadas a Ucrania. Ante esto, el gobierno Ruso aplicó sanciones comerciales a las exportaciones ecuatorianas, con lo cual el gobierno ecuatoriano desistió del intercambio (Primicias, 2024). Por otra parte, el apoyo por parte del Presidente Noboa al Tratado de Libre Comercio con China negociado y firmado por el gobierno anterior, muestra que el Ecuador no se aleja de su estrecha relación sobre todo comercial con el gigante asiático. Luego de la revisión y aprobación de la Corte Constitucional y la Asamblea Nacional, este acuerdo entró en vigor el 1 de mayo de 2024 (Asamblea Nacional del Ecuador, 2024).
Otro aspecto que ha generado preguntas es la designación de la Vicepresidenta Verónica Abad como Embajadora en Israel, habida cuenta de diferencias entre las dos principales autoridades del país (Presidencia de la República del Ecuador, 2023). Asimismo, se ha profundizado el debate público sobre la designación de una Ministra de Relaciones Exteriores que proviene del sector privado, tendencia que continúa desde el gobierno de Guillermo Lasso. En efecto existen cuestionamientos a la intención de reformar la Ley Orgánica del Servicio Público para reducir la edad mínima para ser embajador de 35 a 30 años, para designaciones políticas, lo cual se contrapone a un largo proceso a través de seis posiciones para los funcionarios del servicio exterior.
Finalmente, el episodio de mayor relevancia a nivel internacional, es el debate que generó la incursión del gobierno Ecuatoriano en la embajada de México en Quito, con el objetivo de arrestar a Jorge Glas, persona sentenciada por la justicia ecuatoriana. Por un lado, el gobierno Ecuatoriano justificó estas acciones en la ilegalidad y abuso por parte de la representación Mexicana al otorgar asilo político a una persona que fue previamente juzgada y sentenciada por actos de corrupción. Por otro lado, el gobierno Mexicano interpuso una demanda ante la Corte Internacional de Justicia por la violación a su sede diplomática. Frente a lo cual el Ecuador también presentó una demanda en base a sus argumentos en contra de México (Cancillería Ecuador, 2024). En este caso, se observa la necesidad de profundizar el debate sobre la posibilidad de excepciones al principio de inviolabilidad de las Embajadas y, por otro lado, la discusión sobre la ética de las decisiones en política exterior.
En resumen, en pocos meses el gobierno Ecuatoriano se ha encontrado con decisiones cruciales en relación a la política exterior. Las prioridades que se observan son el ámbito de cooperación para la seguridad y la apertura comercial. Es innegable que para poder elegir la mejor alternativa que responda a los intereses del país, tendrá que nutrirse de los conocimientos y experiencia del personal del servicio exterior nacional así como de la academia y de expertos en cada área pertinente. Quedan aún varios meses para analizar la coherencia de las decisiones de política exterior con las necesidades del país y su población.